Si hablamos de clásicos que nos sirven para crear un buen fondo de armario caeríamos en un gran error si no le diéramos un notable protagonismo a las camisas. La historia de la moda nos cuenta cómo en un principio esta prenda se utilizó como ropa interior allá por el siglo XVII y que desde su creación poca ha sido su evolución.
Uno de los cambios es que al ser interior, no contaba con un cuerpo de botonadura, cosa que se añadió con la evolución de los uniformes militares que hicieron necesario rematar de una forma más visual esta prenda utilizando puños, un cuello estructurado y botones.
Desde entonces las tendencias han sido muchas. Diferentes tejidos como el denim han tomado protagonismo las últimas temporadas, los colores se han ido moviendo entre una gran variedad y los estampados también han tenido un gran hueco en la moda masculina. Hoy os hablaré de una tendencia que cobra mayor protagonismo esta primavera-verano 2012: estampado de cuadro para las camisas.
Cuadros de Vichy
Este estampado a su vez puede venir en formas muy diferentes. Una de las más comunes tradicionalmente ha sido los cuadros de vichy. Estos tienen un tamaño generalmente medio y siempre van a venir en dos colores en contraste. El más común ha sido la combinación de rojo y blanco pero Zara nos trae también colores como el morado, azul o verde.
A tres colores
Pero no solamente tenemos la versión de cuadrados medianos a dos colores. Mango, por ejemplo, apuesta por este estampado en las camisas a tres colores. De nuevo, tonos como el rojo, azul, morado o blanco nos visten de una forma elegante y en estructuras muy entalladas.
Puños y botonadura a otro color
Ya la temporada pasada vivimos la fiebre de las camisas con los puños, cuellos y toda la tira de la botonadura en colores diferentes. Esta es una forma de re-interpretar la camisa y este estampado más informal que han popularizado muchas marcas del lowcost. Personalmente es un estilo que me gusta de una forma más comedida. En esta ocasión, Spirito Saint Brissant, lo hace bien, no exagerando demasiado los puños o cuellos.
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